Vergüenza y culpabilidad
La vergüenza surgió por haberme dado de bruces con una realidad diferente a la que me esperaba. Me llené de falsas expectativas que no se cumplieron. Aposté por algo dando lo más íntimo de mí mismo. Formulé suposiciones, confié, di todo lo mejor que tenía… pero el golpe me pilló desprevenido.
La vergüenza viene por haber visto que no me conozco lo suficiente. Por creer que soy de una manera, pero que hay aspectos en mi personalidad que aún ignoro. Por haber confiado ciegamente en ella, por haberme vendido muy barato. Por haber bajado la cabeza frente a cosas que me dolían, que me humillaban… y todo por miedo a perderla.
Lo peor de la vergüenza es la pérdida de confianza en el mundo y la bajada de autoestima personal. De repente, descubro que soy débil y vulnerable. Que han conseguido engañarme. Y por ello, levanto ahora un frío muro que pretendo que sea infranqueable. Para protegerme. Para evitar más daño, más vergüenza.
También hay culpa. La siento por tener la sensación de haber hecho las cosas mal. De haberme equivocado. De haber sido tan ingenuo. No debería haber compartido mis preocupaciones con esa persona. A ella no le interesaban lo más mínimo. Y debería haber conseguido entender las suyas. ¡Ojalá la hubiera podido ayudar! ¡Ojalá me hubiera invitado a ayudarla!, ¡a socorrerla! Quizás solo necesitaba que la escucharan y yo no lo supe hacer…
Yo la amaba. Y confiaba ciegamente en ella. Desconocía sus verdaderas intenciones y no pude evitar la caída. Ahora concibo este mundo como algo extraño, violento y doloroso. Un mundo que consideraba mi casa. Confiaba en ese hogar que me aportaba tranquilidad, amor y felicidad. Pero esa imagen que me había formado no correspondía con la realidad. Así que ahora me siento desorientado. Desconfiado y lleno de miedo. Con un enorme vacío en el pecho imposible de llenar. Incapaz de confiar en nada ni en nadie. Y con la sensación de no haber estado a la altura.
Y lo peor de todo; preguntándome continuamente ¿Quién soy? ¿Dónde pertenezco en realidad? ¿Hay cabida para mí en este mundo?
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