A LA DERIVA

 El mar está calmado y besa suavemente las rocas que limitan el camino. El cielo inmenso, se levanta por encima de las cabezas. Hoy es un día brillante y despejado. Hay algunas nubes tímidas que parecen decir Tranquilo, sólo estamos aquí de paso

¿Cómo he llegado hasta aquí? Lo único que sé es que me ha costado horrores hacerlo. He aparcado la moto detrás de un coche y, casco en mano, he llegado hasta la playa, como una embarcación a la deriva. Me detengo justo antes del carril bici y contemplo el horizonte como quien busca alguna cosa y no sabe bien el qué. Me quedo así unos instantes, vacío, como intentando absorber alguna cosa, algo que me llene, que me haga sentir bien. Pero no logro encontrar nada. Absolutamente nada. De repente me veo obligado a bajar la mirada. Hasta un bello paisaje como este me duele enormemente. Soy consciente de que esto es tan solo el principio. Pero aún desconozco muy bien de qué.



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