PORQUE NO QUEDA OTRA

                     El umbral entre lo que imagino y la realidad se ha difuminado. Percibo las cosas con cierta distorsión, como desenfocadas.

Encuentro momentos de claridad. Esa es la verdad. Pero la mayor parte del tiempo me muevo entre ambigüedades que me desorientan y marean hasta provocarme incluso ganas de vomitar. Como si algo o alguien hubiese sacudido mi cabeza intentando hacer un cocktail exótico y complicado en ella. De tal manera que a veces siento ganas de sacudir con fuerza todo mi cuerpo para que toda esa mierda salga en forma de chorro putrefacto por todos los orificios de mi cuerpo. Ojalá fuese posible algo así.

        Ha sido complicado entender que lo mejor es no hacer nada. Y más aún comprender lo que ha pasado, en el fondo, es lo mejor que podía suceder. He pagado con sufrimiento el hecho de evitar aún más dolor en el futuro.

Quiero abandonar la idea de recuperar aquello que había perdido. De dejar de buscar encuentros fortuitos, y dejar de lamer mis heridas en público. Y, sobre todo, de formularte preguntas que ni tú misma sabrías responder…

    Así que lo más apropiado es permanecer lejos, inmóvil y totalmente en silencio. Estar así durante un tiempo. Encontrarme y respetarme. Abandonar tantas iniciativas y "dejar de hacer". Dejar de luchar por imposibles. De resistirme. Como cuando a uno le ronda una avispa cabreada. Hay que quedarse muy quietecito para evitar llevarte una picadura. No se puede hacer nada más...

    Y mientras tanto leer. Y escribir. Eso también ayuda. Y escuchar música. Y más aún tocarla, cantarla, bailarla. Eso es así porque nunca lo hicimos juntos. Eso es algo mío en lo que tú nunca participaste. Las buenas canciones son como el agua oxigenada sobre una herida; escuecen pero también curan. Puede que eso ahora sea la forma de encontrarse mejor. No lo sé...

    No obstante, la tristeza va a seguir ahí durante un tiempo. No desaparecerá así como así. Me guste o no, ahora es mi fiel compañera. Lo quiera o no, estará en ocasiones a mi lado como una sombra. Allí adonde me dirija, allí estará ella. Y toca aceptarlo.

Pero ansío que llegue el día en que logre, poco a poco, ir cargando con todo ese pesar. O como hiciste tú conmigo; darme esquinazo, esconderte y que no te vuelva a encontrar durante mucho tiempo. 

Y si todo eso no llegara a ser posible, me conformo con ser capaz de cargar, día a día, con este enorme peso. Que se me haga cada vez más llevadero. Que pueda aprender a aguantar el amargo dolor que produce ese punzante aguijón clavado en lo más profundo de mi pecho. 

       Lograré resignarme; alzaré la mirada aunque sea con timidez. Secaré mis lágrimas, y continuaré mi camino hacia adelante. Siempre hacia adelante.

Porque no queda otra.

 


Comentaris

Entrades populars d'aquest blog

CON LAS MANOS ATADAS

LE PRENDÍ FUEGO A LA LLUVIA

PROU DE PATIMENT